RUTA ALPUJARRAS-CABO DE GATA. ENERO 2011

Queridos Mugrientos:
Solo un breve comentario sobre nuestra fantástica última ruta motera, el pasado fin de semana.
Como ya sabéis algunos, salimos el viernes por la tarde después de currar, dirección Cabo de Gata. Llegamos al hotel rural la Almendra y El Gitano. Viaje a buen ritmo, con algo de fresco. Un poco después se incorporaron El Patillas y su querida copilota. Como teníamos más hambre que un perro chico, nos fuimos en busca de viandas a Carboneras, donde dimos cuenta de un festín de tapeo y buenas birras. El sábado por la mañana nos lo tomamos con calma. Decidimos hacer la ruta de la costa Del Cabo de Gata. La verdad es que fué "durísimo"... Parada cada 10 minutos, que si una fotillo, que si una cervecita, etc. Almorzamos en la preciosa cala de La Isleta del Moro (Restaurante del Hostal La Isleta). Terracita junto al mar, pescaitos, quisquillas..... en fin, durísimo. Como el día acompañaba, seguimos dando una vuelta tranquila para visitar las maravillosas playas de esa costa. Incluso hicimos alguna que otra pista de tierra para quitarnos el mono "marroquí" !!!!!.
De vuelta al hotel para momento relax y de nuevo a cenar a Carboneras, pero esta vez a un sitio que nos habían recomendado, cuyo nombre no recuerdo ahora. Buena cena, charlotea y copazos....
El Domingo dejamos el hotel para comenzar la ruta de regreso. Subimos por la serpenteante carretera de La Sierra de Nijar, con bastante niebla. Poco después salió un sol espléndido y conectamos con Tabernas y la Alpujarra almeriense. Os recomiendo esa carretera, porque está llena de buenas curvas, excepto alguna un poco traicionera, y el paisaje es espectacular.
Para continuar nuestro festival de carreteras de montaña, seguimos por la Alpujarra Granadina y nos desviamos hasta Capileira para almorzar en una terracota del pueblo, al sol. La subida a Capileira me trae muy gratos recuerdos y la verdad es que nunca me canso de ver la falda Sur de Sierra Nevada, salpicada de pueblos blancos dejando las nubes flotando debajo de la carretera, a los pies del valle.
Almuerzo antiestres, a base de "plato alpujarreño", aligerado con unas buenas migas.
Y desde ese mágico lugar, hasta Órgiva, bajando la serpenteante Sierra de la Alpujarra granadina. Regreso a buen ritmo hasta Málaga. Viaje sin averías ni incidentes en carretera.
Lo mejor de todo, la inigualable compañía, que hace que cada kilómetro sea un verdadero placer. Tal fué la sincronía pilotando, que a ratos rodamos al "ritmo", ese codiciado santo grial de cualquier motero.
Obviamente, nos lo pasamos tan bien, que durante ese fin de semana surgieron mil viajes y proyectos. Si el cuerpo aguanta y la suerte acompaña, no me cabe ninguna duda que haremos realidad todos y cada uno de ellos.
Una vez más, dar las gracias a mis compañeros de rueda y a sus geniales damas copilotas por hacerme pasar un inolvidable fin de semana, lejos de la rutina....
En cuanto pueda, os cuelgo unas fotos.