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sábado, 8 de septiembre de 2012

LA RUTA DEL LAGO MUERTO





LA RUTA DEL LAGO MUERTO: EL DESAFÍO DEL LAGO IRIKI












 Somos cinco mugrientos de RIDERS SIN FRONTERAS. Viejos ya, pero con muchas ganas y mucha ilusión:

KRASTY EL ALBINO
LIEBRE
MUEBLEBAR
GRAVENSSEN (EX GRAVILLA. Pero desde su viaje a Noruega...)
CABALLO LOCO



Queridos amigos:
Ya hemos regresado de nuestro inolvidable viaje por Marruecos. Una vez más, nos han dejado asombrados el calor de sus gentes y los maravillosos paisajes. Siempre hay algo nuevo por descubrir, incluso en zonas visitadas anteriormente. La mayoría de los objetivos se han cumplido, quedando alguno en el tintero. Esto solo provoca una mayor ilusión por volver de nuevo, con la intención de culminar nuevos proyectos y de terminar de cumplir objetivos que quedaron en el cajón de los sueños.

Paso a relataros brevemente algunos detalles de nuestro viaje. Las fotos que faltan, y sobre todo los vídeos, tardarán aún algo más ya que lleva cierto tiempo editarlos.

DÍA 1: RIDERS SIN FRONTERAS CABALGA DE NUEVO.

La mañana de la salida siempre es un auténtico caos. Debido al trabajo y otras obligaciones, siempre apuramos hasta el último minuto. En esta ocasión, la salida se planificó para las 11:00h por motivos laborales. Últimos minutos cargando la moto. Esas listas de equipación ya han tomado cuerpo en forma de bolsas estancas aseguradas con correas y pulpos a la moto. Eso es todo un arte no carente del típico tópico de "prueba y error". La carga debe estar distribuida homogéneamente y de forma que lo de mayor peso vaya lo más pegado al centro de la moto y lo más bajo posible. Pero claro, la teoría está muy bien para una situación ideal. Aquí hay que tener en cuenta que hay partes del equipo que son de uso muy frecuente, otras que son necesarias al principio del viaje, etc. Así qué el caos comienza y un fuerte sentimiento de "la próxima vez me organizo mejor..." empieza  a recorrer tu mente. Esto se junta con el pensamiento algo sibilino de "este paquete se lo largo a mi compi en cuanto no se de cuenta...".Y lo cierto es que el resto de compañeros están pensando lo mismo.

Nos organizamos de forma que cada uno lleva algo del equipo común. De ahí que termine habiendo: moto cantina, moto hospital, moto taller, etc.

A punto de salir..... Joder !!!!, se me olvidó modificar la palanca de cambios a la posición de las botas de enduro !!!!. Y la herramienta necesaria ya está cargada en la bolsa de herramientas de otra moto. Pero como puedo cometer estos fallos después de tantos kilómetros?.... Y lo que me queda !!!!

Mueblebar acude al rescate y asunto solucionado. Salimos muy contentos y nos reunimos todos en el "Punto Charlie" de costumbre. Saludos, cigarrito, últimos detalles de embarque y salimos hacia nuestra aventura. Directos hasta el Ferry en Algeciras. Después de muchos viajes, ya tenemos experiencia. Preferimos no reservar billete. Elegimos barco grande dentro del horario que mejor se adapte a las condiciones de la etapa. Eso nos da la libertad de cambiar en el último minuto si alguien se retrasa. También tiene la ventaja de poder adelantar el horario de vuelta si vamos sobrados de tiempo.

Ferry majestuoso de Baleraia. Krasty, alias El Albino ha sido el encargado de la logística de ferries en este viaje y la verdad es que lo ha clavado. Tapeamos sobre el cofre de las motos un aperitivo preparado por nuestro Chef y Somelier, nuestro mítico amigo Mueblebar. Mini siesta durante el trayecto y directos a la frontera de Ceuta. El clásico papeleo y burocracia antidiluviana, pero sin problemas. En 20 minutos estamos rodando por tierras africanas. Hace bastante calor y muchísima humedad, pero la ilusión de los valientes hace que eso sea un detalle sin importancia. Entre pitos y flautas, esta etapa tiene casi 900 kms. Y lo más divertido está aún por llegar. Salimos de la frontera de Ceuta dirección Tánger Med para enlazar con la autopista que va paralela a la costa y que lleva dirección Marrakech. Esta parte es la más tediosa. La autopista no tiene un alto volumen de tráfico, pero cerca de las grandes ciudades como Rabat, etc. La cosa se pone algo fea dependiendo de la hora. Rodamos a velocidades legales y saludamos a los policías de los numerosos controles de velocidad. Paráditas técnicas para repostar y cigarrito. En una de esas paradas, Gravenssen se da cuenta que estamos fumando a 5 mts de un camión cisterna con gasolina. Barritas energéticas para merendar y seguimos ruta hasta MARRAKECH. Cruzamos esta gran ciudad por la noche, ayudados de los vectores que habíamos trazado de antemano en el GPS para terminar directamente en la carretera de montaña que sube hacia IMLIL, justo a las faldas del gigante TOUKBAL (4.560 mts). Después de más de 800 kms, la mayoría de ellos por Marruecos, nos tenemos que hacer la idea que hay que intentar subir por esa carretera para poder encontrar hospedaje esa noche. Pero....... "Las cucarachas nunca vienen solas..".. La temperatura comienza a descender rápidamente en cuanto cogemos altura, y justo cuando el asfalto empieza a ser una combinación de grietas, boquetes y barro..... Comienza a llover. Parada rápida para colocarnos traje de lluvia. Empezamos a plantearnos abortar la etapa y dormir en el primer sitio que encontremos. Después de varios intentos de parada en algunos soportales de las casas semiabandonadas que ofrecían un aspecto más bien espectral, decidimos continuar y atacar la cumbre, a pesar de la lluvia y de las condiciones de la calzada. En esos momentos, lo que te empuja a seguir hacia delante, es la errónea aunque reconfortante idea de que allí arriba, al final  de la etapa, encontraríamos el paraíso. Habíamos hecho nuestros deberes, aunque luego se vió que no del todo bien; Pensábamos encontrar varios albergues y refugios de montaña y mucho ambiente, ya que Imlil es un sitio paradigmático entre los que practican el trekking de altura ayudados con mulas, etc.

Ni un alma....... Como una ciudad de un juego de la Play, donde ya se han cargado a todos los habitantes. Una luz junto a una cancela. Y de pronto sale alguien de la nada.

"Dormir, manjare, dormir, manjare" !!!!!!! Ese era yo, haciendo signos internacionales de ayuda al necesitado. Y la respuesta fué algo así como..... "Abdlaj himuz hansa". Que después de ser repetido unas 10 veces, sigues sin saber que significa, aunque comienza a vislumbrarse que no es exactamente "dormir, manjare, dormir". Resultó ser un militar apostado en una garita del cuartel.

Seguimos avanzando por el pequeño pueblo "abandonado", dejando a nuestro paso varios hoteles fantasmas. Pronto la carretera se acaba y comienza una pista forestal. Había que tomar una decisión. Bajar de nuevo la montaña, con barro en la carretera y después de casi 900 kms, no era una idea muy sugerente. Así que decidimos dormir allí "como sea". Y acabamos colocando nuestros sacos el el porche de un edificio abandonado. Cielo lleno de estrellas junto a una de las montañas más altas de toda África , una buena fabada Litoral, y vino dulce de Málaga. La paliza de ese día, bien merecía tan majestuoso final. Algunos comenzaron a roncar, antes de que rompiera a hervir la fabada. Los más hambrientos, bromeábamos animados por el vinillo, sobre quien se comería el único trocito de tocino que viene en la lata.

Hubo algún escarceo con una pequeña jauría de perros vagabundos que posiblemente coman poco y habiendo olido tan suculento festín, pretendían meterse en el soportal para participar como comensales. Algo de lluvia dispersa a lo largo de la noche. Si, si,  lluvia con un cielo estrellado. Esto es Marruecos... Pero sabéis que? Si rodáis por allí en moto, os recomiendo pasar la noche al raso mirando las estrellas. No hay contaminación lumínica y la vía láctea se ve perfectamente como la cola gasa de un vestido de novia.
Amanecimos con nuestros vecinos los perros callejeros esperando el desayuno. Mientras El Liebre salió de exploración a ver de donde sacábamos algo para desayunar, comenzaron a aparecer algunos lugareños vendiendo trilobites y collares. No pude evitar pensar: "pués ya podían haber venido anoche con una cazuela calentita de Tajín de pollo...". Pero de pronto aparece mi querido amigo El Liebre con una hogaza de pan árabe y unos huevos frescos. Esos significó desayunar en el suelo junto al saco un magnífico plato de huevos campestres fritos, con salchichas y café de verdad, preparado en nuestro Jetboil.
Amigos, eso levanta a los muertos. Habíamos rodado 12 horas, pasamos la noche en el frío suelo, sin baño ni ducha, pero ese desayuno........

Con la moral bien alta, levantamos el improvisado campamento y comenzamos la segunda etapa de nuestro viaje.

DÍA 2: LO QUE NO SE PUEDE, NO SE PUEDE... Y ADEMÁS ES IMPOSIBLE.

Nuestro segundo día comienza con sol y sin nubes en le horizonte. Nuestro objetivo es descender desde Imlil, buscando la ruta desde el sur de Marrakech hasta la zona predesértica de Foum-Guidz. Sabíamos que sería un día largo y teníamos que guardar fuerzas para el ataque al lago Iriki, que siendo la parte final de esta etapa, era sin duda la más dura. La bajada desde Imlil esta repleta de puestecillos de souvenirs, camellos y vendedores ambulantes.


Llevamos buen ritmo y la carretera va cambiando de paisaje, de bosque frondoso y terreno montañoso, a zonas abiertas, de enormes picos de roca caliza desmochados por la erosión de viento y las lluvias desde tiempos prehistóricos. En un momento en el que rodábamos a ritmo y de forma compacta, Gravenssen avisa de que su moto da alarma de pérdida brusca de presión en rueda trasera. Parada técnica en mitad de una larga recta para una inspección más detallada, que confirma que una grapa industrial ha penetrado en el neumático y la goma pierde aire a gran velocidad. Llevamos un kit completo Safety Seal para reparar pinchazos sin tener que desmontar el neumático. Pero acabábamos de pasar un pueblo relativamente civilizado, así que decidimos inflar la rueda con cartuchos acoplados a un bombín y salir pitando retrocediendo hasta el pueblo más cercano donde en 5 minutos habían reparado el pinchazo con un gusano, exactamente igual al sistema de Safety Seal. Una vez solventada esta pequeña avería, seguimos nuestro camino hacia el Surerste. Paramos a comer en un pequeño albergue en mitad de ninguna parte. Tortilla beréber, un buen té a la menta y listos para continuar. Hace bastante calor, aunque rodando, la sensación térmica es agradable llevando todas las ventilaciones del traje abiertas.

El pinchazo y la lenta parada para comer, han hecho que empecemos a ir con retraso con respecto a las horas de luz disponibles para finalizar nuestro objetivo ese día. Desde que empezamos a viajar por Marruecos en moto, hace ya algunos años, siempre hemos tenido la rara habilidad para no conseguir terminar ninguna etapa con luz del sol. Y este día, no iba a ser nada diferente a lo acostumbrado.

Bellísimos paisajes desérticos, con árboles típicos de la sábana sahariana, carreteras abiertas, con un asfalto razonable, camellos sueltos a ambos lados del camino y una luz menguante que hace que esos momentos sean algo indescriptible, que hay que experimentar para poder apreciar en toda su magnitud. El cerebro queda saturado por tanta belleza e inmensidad, dejando anulados los dolores de espalda y esa mano entumecida por las largas horas sobre el manillar de la moto.



Ese estado de ensoñación, termina por ir desvaneciéndose, lentamente, dejando paso a la  creciente certeza de que jamás llegaríamos con luz diurna a la entrada de la pista del Lago Iriki.. Llegamos ya por la noche a FOUM-GUIDZ. Un pequeño pueblo, desde donde parte la pista del Lago Iriki. Comienza a haber cierta discrepancia de criterios, en cuanto a dormir en el inicio de la pista, o bien dormir bajo techo en el pueblo. Para poder tomar la decisión más adecuada, nos dividimos. Krasty, Mueblebar y Gravenssen, merodean por el pueblo buscando una opción viable para dormir en un albergue.
Mientras tanto, Liebre y Caballo Loco, salimos de exploración para valorar las posibilidades de comenzar la pista de unos 40 kms que nos llevaría al centro del Lago Iriki. En medio de la oscuridad más absoluta, comenzamos a rodar con mucha precaución por esa infernal pista de piedras muy sueltas, que hacen que no se pueda controlar bien la rueda delantera. Nunca sabremos si fué una mezcla de cansancio, falta de visibilidad, un inicio de pista muy poco prometedor, el gran peso de nuestras motos junto con el equipaje transportado o que simplemente Alá no quiso que rodáramos por esa salvaje planicie donde hay algunas tierras sagradas para los musulmanes. Pero lo cierto es que tras unos 1-2 kms, decidimos que hubiera sido un "suicidio colectivo" entrar allí en plena noche, después de más de 10 horas de moto en un caluroso día.

Liebre y yo decidimos volver atrás y buscar al resto del grupo, que ya había negociado nuestro hospedaje en un pequeño albergue en la periferia del centro del pueblo. El sitio no era precisamente un "boutique hotel", y más bien parecía un decorado de una película de guerra de Afganistán. El inodoro mirando hacia la pared con nos 10 cms desde la taza del WC hasta la pared. Como resolvimos ciertos temas logísticos-fisiológicos quedará protegido por secreto de sumario para siempre. Pero una reconfortante ducha fría y listos para explorar el pueblo en busca de unas deseadas cervezas. En muchos de esos pueblos, no hay alcohol por temas religiosos. De ahí que encontrar un pequeño local que venda unas cervezas algo frías, pasa a ser todo un acontecimiento. Probablemente, dejamos desabastecido de cervezas el pequeño bar, mientras charlábamos sobre los impresionantes paisajes que nos había regalado la ruta de este día. Volvimos caminando al albergue y caímos en la cama como niños pequeños después de una larga fiesta de cumpleaños.

DÍA 3: EL DÍA DE LA BESTIA. ETAPA NOCTURNA HASTA ILMILCHIL Y MÁS ALLÁ...

En todos nuestros viajes, hay una etapa con alguna sorpresa preparada. Algún cambio en la ruta, que nadie sabe, salvo la moto guía... Y este era precisamente el día de la sorpresa. Salimos temprano de FOUM-ZGUID, con la intención de rodar tranquilos dirección OUARZAZATE, para buscar el Norte atravesando la GARGANTA DEL DADES. La carretera era buena y no estaba demasiado transitada, así que el ritmo al principio no fué nada malo. Paramos a comer en plan "asalto", en el suelo de un parque infantil en la gasolinera que hay a la entrada de OUARZAZATE. Las papelas de jamón ibérico habían muerto en combate, pero dimos buena cuenta de algo de queso y embutidos de la inagotable caja-despensa de Mueblebar.


Entramos en la GARAGANTA DEL DADES por la tarde, con una luz preciosa que hace aún más espectacular ese maravilloso paraje. Té a la menta y provisiones de agua en el bar-mirador al final del "pequeño Stelvio" que forman las curvas de 180 grados que forman parte de la subida. Allí entre risas y fotos, toma cuerpo el diabólico plan del final de etapa. Subiremos a ILMILCHIL por la pista. No estábamos sobrados de gasolina, pero tendríamos sificiente hasta llegar al pueblo e ILMICHIL, único repostaje desde el Dades. Cargamos agua potable suficiente, por si las moscas, no llegábamos aquella noche a nuestro destino. Desde el Dades, comienza una "carretera" cada vez más deteriorada, atravesando algunas aldeas, hasta que la carretera desaparece por arte de magía y comienza la pista. Esa pista, era la sorpresa de aquella etapa. La había hecho en otra ocasión, pero es una pista que puede llegar a ser una trampa mortal para nuestras motos, simplemente si ha llovido algo unos días antes. Y antes de subir hasta la cima, había claras evidencias de lluvia reciente en forma de barro y charcos dispersos.

Pero la moral estaba alta y la inocencia mezclada con altas dosis de ilusión y ganas de aventura, nos hizo seguir entre baches, charcos y piedras. Es una pista digna del mejor Marruecos, con unas vistas impresionantes de la "nada" más absoluta. unos 20 kms de subidas y bajadas en una estepa salvaje con un carril lleno de rodadas y piedras. Logicamente, nuestro ritmo cayó en picado y comenzamos a rodar en primera y segunda, sin sistemas electrónicos de control de tracción ni ABS. Conforme subíamos, el viento soplaba con más y más fuerza, ya que esa parte de la pista no está protegida por arboleda ni grandes rocas. La luz del atardecer dió paso a nuestros faros y a la subida progresiva de la temperatura del motor por el esfuerzo del mismo para ir ascendiendo poco a poco. Una parada técnica para dejar enfriar los motores, dió pie a una "tertulia técnica" sobre nuestra cada vez más precaria situación allá arriba. Cambio a ropa de invierno, sotocasco, etc y la sabia decisión de continuar despacio hasta encontrar refugio en cotas más bajas, donde en caso de apuro podríamos montar un campamento con las tiendas y dormir calentitos en los sacos. Ahora, desde el confort de mi casa, me alegro aún más de que tomáramos esa desición, ya que hubiéramos pasado una noche de perros allí arriba (donde hay puntos de la pista en cotas de 3.000 mts) con un gélido viento que hacía caer la sensación térmica en picado. Además, hubiéramos tenido grandes problemas para colocar las tiendas en un terreno pedregoso tan escarpado. Una vez más, Alá nos protegió y conseguimos lentamente bajar hacia el otro lado de la montaña. al llegar a cotas más seguras, la temperatura mejoró algo y nos encontramos con algunos paisanos del lugar que nos ofrecieron refugio en un albergue. Pero claro, ya habíamos pasado lo peor y la euforia dió paso a un "no, muchas gracias. Estamos de paseo y vamos a ILMILCHIL". Los tipos se quedaron atónitos y entre risas nos despidieron  con algo de sorna. Pronto la situación mejoró ostensiblemente, y del camino de cabras, pasamos a una carretera de montaña decente. que nos llevó directamente a ILMILCHIL. Allí paramos donde siempre, en el albergue que hay justo a la salida. Todo apagado cuando llegamos, pero siempre está su amable dueño que pronto nos recibe. Pero aquí no termina el día para algunos del grupo. No tenía nada de cenar, pero nos dejó montar los campingas en la mesa del salón. Sopas de sobre, pan, aceitunas y embutidos. Y por supuesto, todo regado con pacharán. Pero la noche es joven y El Liebre y Caballo Loco no tenían ninguna intención de dormir en ningún albergue en ILMILCHIL.


Así que habiendo dado buen cuenta de una comida caliente, y pertrechados con la ropa de invierno, nos dispusimos a comenzar la etapa del día siguiente esa misma noche, con el objetivo de dormir en el camino junto al lecho del río en nuestras tiendas de campaña. Rodamos muy pegaditos cerca de una hora. La superficie era muy deslizante en algunos tramos, debido a la gran cantidad de grava suelta y fino barro seco. Pronto nos encontramos atravesando un puerto de montaña, y a la bajada decidimos buscar un sitio donde parar y poder acampar. Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, justo cuando decides que vas a parar, no hay ningún sitio óptimo donde hacerlo. Al final encontramos una especie de pequeña explanada justo por encima del lecho del río. Aparcamos las motos en una superficie segura y comenzamos a montar las tiendas. Y nos empezó a entrar la risa floja. Hacia frío y mucha humedad. Estábamos bastante cansados y lo último que nos esperábamos era ir a poner las tiendas justo debajo de una gran superficie de roca, disimulada por una fina capa de tierra y piedras. Las piquetas de las tiendas rebotaban como sí estuviéramos clavándolas en una estatua de mármol. Algún viento de la tienda acabó amarrado a las motos y después de brindar con lo poco que nos quedaba de vino moscatel en la petaca, nos fuimos al saco no sin antes volver a constatar  que es un  verdadero privilegio poder tener un contacto tan directo con la naturaleza en unas tierras tan libres de toda forma de progreso.

Al despertarnos por la mañana, después de unas horas de descanso, nos llegó el sonido de una mujer cantando una bella canción beréber. Imaginad la situación. En mitad de la nada, en una fría pero radiante mañana, lo único que se oye a nuestro alrededor es esa bella canción. Lo primero que se te ocurre pensar, es que has muerto congelado y que estas camino del más allá. Pero pronto, el delirio deja paso a la realidad. Dos vaqueras beréberes llevando unas cuantas cabezas de ganado, justo hasta las puertas de nuestras tiendas de campaña. Habíamos acampado en su habitual trayecto a los pastos y al río. Saludos cordiales, y caras de alucinación por parte de las dos pastoras. Hablaban entre ellas entre risas nerviosas. Supongo que estarían comentando la tragicómica escena, al ver a dos tíos con sus poderosas monturas, pero durmiendo en una especie de bolsa de plástico con unas cuerdas colgando. Nuestras tiendas les deben parecer una auténtica piltrafa comparado con sus recias jaimas. Pero por mucho que nos lo hemos propuesto, no hemos encontrado aún la manera de transportar en nuestras motos una jaima bebereber. Seguiremos intentándolo.

Hambre, mucha hambre. Los pelos tiesos, la cara lavada con agua de la bolsa de hidratación y de nuevo rodando en busca de un buen desayuno caliente. Y después de unos kilómetros de suave bajada, nos encontramos con un pequeño albergue junto a una huerta pegada al río. Es curioso, porque los dos parecíamos caballos que han olido su cuadra; en aquel momento, supimos que había desayuno-homenaje en forma de tortilla beréber y buen té moruno. El señor que la regentaba, pronto dejó sus herramientas en la huerta y nos preparó unos huevos recién cogidos salteados con especies que nos supieron a gloria. Lo bueno de haber desayunado alguna vez en el Ritz de Londres, es que sabes que no hay comparación posible. Una y mil veces, seguiría eligiendo el desayuno bereber al estilo casero. De hecho repetimos los dos y terminamos comiéndonos 6 huevos cada uno. No es gula, es sentido común. En la vida, las cosas buenas no te pasan por delante dos veces seguidas. Así qué desayunamos como sí no fuéramos a desayunar jamás. Justo al terminar nuestro festín, aparecieron el resto de compañeros de viaje.

DÍA 4: AUNQUE SOLO SEA PARA RENDIRSE, HAY QUE PRESENTARSE EN EL CAMPO DE BATALLA. LA HISTORIA DE BÁRBARA.

La etapa de este día está llena de sorpresas e incertidumbre. Se trata de recorrer la carretera y algo de pista que va desde ILMILCHIL hasta EL CIRCO DE JAFFAR, con el objetivo de encontrar a unas monjitas que tienen un dispensario local donde cuidan y atienden a los nativos beréberes de la zona de las montañas que rodean al JEBEL AYACHI. Como pudisteis leer en nuestra anterior entrada, la información nos apareció estudiando algunos blogs de viajes y rutas por la zona. La entrada que hace referencia a las monjitas, es de 2009 y ahí se pierde el rastro. El nombre del pueblo, tal y como aparece en ese blog, no está en Google Earth ni en los mapas. Pero si existe una aldea con nombre parecido en las cercanías de MIDELT. Así que con muchas ganas, pero con poca información, nuestro objetivo era explorar la zona, para ver si las monjitas estaban aún por allí.


Pero antes de llegar a la zona del CIRCO DEL JAFFAR, nos encontramos con la "carretera" cortada por un gran desprendimiento de rocas  piedras. parada obligada para estudiar la mejor forma de cruzar el río que nos separaba del siguiente tramo de carretera potable. Aquí lo mejor será ver los vídeos de ese momento. Solo anunciar que no hubo ninguna caída, solo pies mojados.

Terminó la carretera, hicimos algo de pista fácil y ya estábamos cerca de MIDELT. Como era la hora de comer, decidimos hacer una parada técnica en nuestro Cuartel General habitual en la zona: EL CAMPING TINNAY. Nos recibió muy cariñosamente Mohamed, el encargado del Camping. También salieron a saludar el dueño del Camping y Hassan, el chofer del todoterreno, que nos ha escoltado en algunas ocasiones por la zona, para llevar las cajas de ropa, etc. Almuerzo al solecito y reunión sobre como atacar la zona de las monjitas. Mohamed nos confirma que efectivamente, hay una aldea que se llama TANOUITE y que está a unos 20 kms de Midelt, 10 de asfalto y 10 de pista.
Con esa información adicional y algunas instrucciones en el mapa, nos dispusimos a ir al encuentro de las legendarias monjitas y su dispensario. Se supone que esta visita  era un primer contacto, para situarlas en el mapa, llevando sólo un par de kgs de medicinas básicas y con la intención de conocer sus necesidades, por sí podíamos ser de ayuda en una próxima expedición a la zona. Como en invierno anochece antes, y más aún en zona de montaña, teníamos serias dudas sobre la certeza de poder llegar al punto Charlie y volver a la civilización antes de quedarnos sin luz en mitad de un carril, cuya calidad desconocíamos y más aún en época de lluvias.


Seguimos las instrucciones de Mohamed y terminó el asfalto, dando paso a una larga recta con piedra y grava muy suelta. Pero no supimos encontrar el desvío a la pista que conduce a la aldea, al carecer de indicación o señal de tráfico. Después de un rato sobre la pista, aparece un desvío hacia la izquierda, por otro carril que conduce directamente a la zona de montaña. Preguntamos a un lugareño que estaba guiando a un viejo camión Bedford. La clásica estampa se cumple una y otra vez. "Taounite por aquí?"...... "Sabá, (dos golpes en el pecho seguidos por una sonrisa)..... oui, oui (acompañados por manos levantadas señalando en ambas direcciones). "La piste...... es difícil?"........ "Nooooo, 5 kilometre, muy fácil !!!!". Y siempre nos pasa lo mismo........ Ni son 5 kms ni la pista es fácil, e incluso a veces ni esa es la dirección. Pero animados por la corta distancia, seguimos adelante con muchas ganas. Subimos con precaución por una pista tipo "Defcon 2" hasta llegar a un repecho, donde la pista comenzaba a convertirse en una bajada bestial con muchísima piedra suelta (Defcon 5). Paramos a mirar si veíamos alguna casa o aldea hasta donde llegaba la vista. Nada de nada. Aquí volvimos a tomar una decisión entre todos. Se votó democráticamente (esto solo ocurre en tramos donde la caída es casi segura y el final incierto) y el resultado fué el siguiente: Krasty, Mueblebar y Gravenssen optan por la retirada a tiempo y regresar aún con luz a la carretera para esperarnos en zona segura. Liebre y Caballo Loco deciden intentar bajar por el pedregal, después de haber decidido acampar allí abajo si  anochecía antes de poder volver a subir. Nunca agradeceré lo bastante el hecho de que el grupo que regresaba a la civilización, decidiera darnos unos 15 minutos de margen, por sí había algún problema. No llegamos ni a los 3 minutos. Al terminar la primera recta, Liebre avisa de que la pista está cortada por un desprendimiento de piedras y tierra. Tenemos que dar la vuelta a las dos motos con ayuda del resto del equipo, ya que el terreno estaba imposible para maniobrar en un plano tan inclinado. Así qué con todo el dolor de nuestro corazón, tenemos que dar por abortada la misión de encontrar a las huidizas monjitas. Al volver a atrás, siguiendo la pista inicial, pronto alcanzamos las primeras casas cerca de la carretera. Pero la tozudez humana es dura de pelar. Liebre ve casualmente un cartel que lleva una chica beréber en sus manos que pone algo que nos hace pararnos en seco. Bajamos de la moto y preguntamos. Como no se cómo se dice monja en árabe ni en francés, pues me puse a juntar las manos y a hacer reverencias "La Monjeeeee, la Monjeeeee" y venga a doblar el espinazo.
"Oui, oui, oui !!!!!!." Y señala con un dedo hacia la entrada de otra pista. "Joder, que quiere decir esta chica? Qué las monjas están por allí?".

Una vez más, los más sabios y prudentes del grupo deciden que ya han tenido suficiente por hoy y que no hay luz para rodar por una pista de dudosa calidad, y sin estar seguros de la distancia a cubrir. Y una vez más, Liebre y Caballo Loco vuelven a estar poseídos por una diabólica obsesión. "Joder, a que hemos venido !!!!" "A por las monjas, no?". "Pués coño, vamos palante !!!". En ese momento, sabes que es muy posible que no consigas entrar en "territorio monja" y si aún así lo consigues, es posible que nos caigamos o que tengamos que acampar en mitad de la pista. Es curioso este fenómeno. Cuando tienes 23 años, entras ahí sin dudar, guiado por la inexperiencia mezclada con la osadía de alguien que acaba de cambiar el acné por la corbata. Con la edad y la experiencia, te vuelves mucho más cauto y precavido. Pero joder, cuando estas en plena crisis de los cuarenta, ya no hay acné que valga, pero aún quedan hormonas dislocadas que hacen que pienses que a lo mejor ya no tienes otra oportunidad para volver a intentarlo. Total, que los huevos de corbata, asistencia electrónica de la moto anulada y padentro !!!!!!. Y os juro que va a ver pocas veces en esta vida, en las que me alegre tanto de tomar aquella decisión, fruto de la chifladura y de la insensatez. Rodamos despacio, muy pegaditos y sin saber muy bien como acabaría aquel día. Pero el instinto te hace ver que sí hay monjas allí, no pueden llegar en paracaídas. Así que tienen que entrar y salir de la zona por algún sitio. La verdad es que la tozudez nos llevó a una espiral de locura en busca de "la monjas perdidas".
Trás rodar un rato por la pista de piedras sueltas, llegamos a una pequeña aldea con unas 6 ó 7 casas. Al instante salió una paisana bereber con la cara pintada de henna y empezó a hablar algo totalmente inteligible. Por mucho que yo intentaba describir a una monja utilizando la técnica del mimo que usamos normalmente cuando no entendemos ni papa de lo que nos dicen, aquello parecía una pelicula de los Monty Pytton. Al final, saqué las medicinas de la moto y ya pareció comenzar a entender nuestro teatro de guiñol sobre monjas, pupas y medicinas. Pronto aparecieron refuerzos. Su marido bajó de una montaña, descalzo y llevando detrás dos mulas. Era Jamo, el guía de montaña bereber, famoso entre los que practican trekking de altura por la zona del Jaffar. Chapurrea español y es muy agradable. Marca un número de teléfono en su móvil de posquerra y nos pasa con su hijo Moja, el cual habla un perfecto castellano. Le explico nuestras intenciones y nos dice que las monjitas deben andar por allí. Y efectivamente, allí estaban. Una Holandesa (Barbara) y dos francesas. Bárbara es la más "joven" y nos tenemos que entender en francés, idioma que yo no hablo. Pero la magía comienza a tener lugar y pronto nos encontramos dentro del espartano dispensario charlando animadamente. Y los dos nos reíamos como si estuviéramos hablando de recetas de cocina. Saqué libreta y lápiz y repasamos todo su stock de medicinas y material de curas. Es increíble el mérito de esta buena gente. Con materiales muy básicos, tratan de ayudar a una población beberber de las montañas, muy dispersa y sin apenas recursos. Fué un momento personal muy emotivo que no alcanzo a poder describir con palabras. Esos pocos metros cuadrados de dispensario, albergaban una historia de esfuerzo y pundonor ajeno y anónimo de las que definitivamente dejan huella. Aclarada la lista de medicamentos y curas que necesitan, comenzó a hablarme de un chico de otra aldea de la montaña que tiene 14 años y lleva meses con una osteomielitis crónica en la tibia, que están tratando de solucionar con curas periódicas, pero sin obtener resultado. Enseguida me pidió mi opinión sobre el tema y le expliqué que las curas que estaban haciendo no tendrían resultado, si antes no se sometía a un desbribamiento profundo del tejido óseo para retirar el hueso afectado y necrótico, dejando una cavidad limpia, sobre la que poder seguir trabajando con las curas. Eso se puede realizar en caso de necesidad, en el dispensario, con algo de material quirúrgico básico, un bloqueo del nervio femoral y un buen chute de morfina, ya que la anestesia general estaría fuera de nuestro alcance en aquellas instalaciones tan básicas.
Pero lamentablemente, yo no llevaba el material necesario, ni los antibióticos especificos para tratar la lesión, ni el paciente estaba ni mucho menos cerca de allí. Quedamos en que nos organizariamos desde Málaga, para intentar volver a la zona y poder realizar dicha intervención, con el equipo básico necesario.
La osteomielitis es lenta pero inexorable. Sin los cuidados necesarios y un buen desbridamiento, un paciente puede llegar a perder la pierna.

Nos estábamos quedando sin luz y decicidimos regresar a la civilización, después de aquel inolvidable encuentro. Recorrimos la pista de regreso a Midelt con una extraña mezcla de emoción, felicidad y frustración. Es cierto que habíamos conseguido llegar, que les dejamos medicación suficiente para dos o tres meses...... pero no pudimos hacer más. Además, éramos conscientes, que pronto llegarán las lluvias torrenciales, seguidas por la nieve en la zona. Eso dificulta enormemente la entrada de nuestras motos cargadas con provisiones y medicinas. Pero pronto empezamos a elucubrar con la posibilidad de regresar con todoterreno en Diciembre o Enero.

Al anochecer, ya habíamos salido de la pista y nos dirijimos al camping Tinnay, cerca de Midelt. Hacía frío y algo de viento. Necesitábamos repostar agua y provisiones por si nos quedábamos a dormir en algún sitio sin posibilidad de hospedaje. Mohamed nos recibió con su habitual amabilidad. Nos llevó a una "tienda" anexa al camping, donde había verduras, algo de fruta y un pequeño gallinero dentro del establecimiento. Como no tenía nevera, si quieres carne de pollo, te mata una gallina sobre la marcha y listo. Pero en esta ocasión optamos por comida "vegetariana". Elejimos lo que necesitábamos y no nos cobraron nada. Mohamed insistió en que invitaba él. Es más, nos preparó un delicioso té con galletas, para que partiéramos con algo caliente en el cuerpo.

El objetivo era intentar alcanazar al resto del grupo (Gravenssen, Mueblebar y Krasty Albino), que un par de horas antes habían comenzado la ruta de ascenso hasta Azrou. Con paciencia fuimos subiendo con la intención de dormir en las tiendas de campaña en el Bosque de Cedros. Al llegar a la zona, hacía mucho frío y una espesa niebla nos hizo rodar muy despacio, mientras tratábamos de encontrar un desvío que habíamos tomado en otra ocasión y que nos llevaría a la zona menos visitada y salvaje del bosque. Pero la niebla y el cansancio, hicieron que nos pasasemos el desvío y de forma repentina, salimos del bosque, llegando a AZROU.  Dadas las circunstancias, decidimos que lo más seguro era contactar con el grupo, para ver donde se habián hospedado. Terminamos llegando a un hotel en el centro de Azrou, donde nuestros compañeros nos esperaban. Birras y tertulia para ponernos al corriente todos de la "operación monjas pérdidas" y a la cama agotados pero felices.

DÍA 5: DEL ACEITE DE ARGÁN HASTA LOS LIMONES EN SALMUERA.

La noche anterior habíamos charlado sobre las posibilidades de la ruta del día siguiernte. Estábamos algo cansados y optamos por mayoría rodar más tranquilos y hacer un poco de "turismo" motrero. Desayunamos en el hotel, cargamos nuestras burras y partimos hacia el bosque de Cedros, para un tranquilo paseo otoñal, entre tan imponentes árboles centenarios. Está vez si que encontramos el desvío y conseguimos rodar por una bucólica carretera donde la tremenda espesura del bosque deja paso de vez en cuando a espacios abiertos de matorral bajo. Paramos a hacer fotos y visitamos la zona de los monos sueltos que viven por allí. La imagen romántica de unos monos auctóctonos de la zona, en peligro de extinción, queda borrada por la poca vergüenza que tienen estos bichos. Acostumbrados ya a las visitas y con un hambre insaciable, los monos del Bosque de Cedros se han especializado tanto, que actualmente los puedes clasificar en: monos carteristas, monos tironeros, etc. Pero nuestro interés no erán los monos, sino los puestecillos de venta de piedras y fósiles. Nuestro amigo Liebre tiene el extraño hobby de querer hacer trueque con los vendedores de collares y piedras. No termina de darse cuenta, que estos tíos llevan siendo expertos mercaderes cientos de años. Dicha habilidad pasa de padres a hijos y es razonable pensar que jamás vas a salir airoso de un trueque con un bereber. Pero nuestro quijotesco amigo no se rinde facilmente. Pantalones por collares, whisky de Mercadona por collares, etc. Y gracias a su afán por culminar una operación financiara sin dinero, casi me quedo sin una de las botas de enduro. Por necesidades de logística y espacio, llevaba las botellas de wisky dentro de mis botas de enduro. En cuanto el moro entiende que la botella es parte del trato, trinca la botella, pero con su "sofisticado" envoltorio; es decir, que se quiere llevar la bota con la botella dentro. Menos mal que El Liebre se dió cuenta, ya que sino Caballo Loco hubiera ahorcado a su amigo El Liebre junto a los monos del bosque.
Durante la fase de negociación y trueqe, comenzaron a pasar todoterrenos bastante bien pertrechados. Lo curioso es que todos estaban pilotados por dos mujeres en cada coche. Ni un solo hombre en más de 50 todoterrenos. Pero la ilusión óptica pronto dió paso a la más cruda realidad. Se trataba de un rally de lesbianas francesas que viajaban hacia las dunas del desierto de Erg Chebbi.

Al final de la mañana llegamos a Meknes, descargamos y nos fuimos de paseo por la medina y el mercado antiguo. Llevábamos 4 días subidos en la moto y aquel paseo se convirtió en terapéutico. Al que no conozca un verdadero mercado marroquí, le aconsejamos la visita, ya que es una experiencia única. Hablo de un mercado de abastos totalmente tradicional, no los mercadillos que montan para atraer a los turistas. Es algo impactante. Ni una nevera. No hay hielo. En la periferia del mercado, están los puestos de especies y encurtidos. Algo espectacular, lleno de mágicos olores y estampas llenas de colorido. En el centro del mercado, se encuentran los puestos de carne. El olor de las especies, deja paso al olor de la muerte y la putrefacción. Piezas de carne de vaca y cordero colgando por todos sitios. Las cabezas del ganado también están dispuestas, algunas abiertas por la mitad, junto a los estómagos llenos de las reses. Los dejan llenos, para que el cliente vea que ha comido el animal. Lo que más nos impactó, fueron unos puestos donde unicamente había trozos de pata de corderos y cabras. La peculiaridad, es que son las tibias desnudas y desprovistas casi en su totalidad de carne. La poca carne que queda pegada, está obviamente en una especie de limbo, entre la putrefacción y el secado. Aunque el olor que despiden, hace pensar que están más cerca de lo primero que de lo segundo.

Una vez repuestos de los intensos olores, fuimos a cenar y después de unas risas, caímos rendidos en la cama.

DÍA 6: LAS HURRACAS VUELAN AL NIDO.

Salida tempranera y etapa de transición. MEKNES, dirección SIDI KACEM hacia LARACHE, donde nos incorporamos a la autopista hacia SEBTA (CEUTA). Paso de frontera rápido y sin problemas. Demasiado tarde para zamparnos unas acedías en nuestro querido Chiringuito de frontera: ER LUCAS. Así que Krasty nos propone un asalto de tapeo rápido en un sitio estupendo donde podemos dejar las motos cargadas en la puerta. De ahí disparados al Ferry. Una vez en Algeciras, rodamos unos minutos hasta hacer la ya clásica parada para café y despedida. Seguiremos rodando en grupo compacto hasta Málaga, algo cansados pero muy felices de estos días de moto y aventuras.

Los kilómetros que faltan hasta nuestras guaridas, sirven para ir repasando mentalmente nuestros planes para el próximo viaje. La adrenalina vuelve a correr por nuestras venas, simplemente por el hecho de comenzar a soñar de nuevo con rodar por esa maravillosa tierra.


















A continuación, os dejamos algunas fotos que explican de alguna manera nuestra pasión por estas increíbles tierras.  Estas fotos no son nuestras, por lo que la calidad es mucho mejor ja,ja,ja. Esperamos que os gusten.